sábado, 5 de noviembre de 2011

Nuestra verdadera esencia.




Cuando no existe la experiencia de sentimientos verdaderos y elevados en el alma, la vida del ser humano se vuelve muy vacía. La desesperanza, el miedo y el desánimo hacen que la vida sea muy hueca. Sin embargo, la base de los sentimientos negativos son los pensamientos negativos.

La receta para contrarrestar esto es simple: pensar menos, pensar calmadamente, pensar en paz y no pensar innecesariamente. Es lo que realmente se necesita para empezar a generar sentimientos verdaderos y elevados.

Cuando los sentimientos son puros y elevados, el cerebro automáticamente empieza a pensar los pensamientos correctos, basados en esos sentimientos. Son sentimientos que nos conectan con nuestra divinidad, nuestra verdadera esencia.

Cuando nuestros sentimientos están en este nivel de positividad, emergen tres cualidades: pureza, verdad y determinación.