..."En las heridas del alma, como todas las heridas también quedará una cicatriz.
¿Para siempre? Para siempre. ¿Entonces no se supera? Se supera pero no se olvida.
Cuando el proceso es bueno las cicatrices ya no duelen y con el tiempo se
mimetizan con el resto de la piel y casi no se notan, pero están ahí.
¿Me duele? No, ni siquiera cuando me toco. No me duele.
Pero si uno mira de cerca la cicatriz está"
Los recuerdos tristes dormitan largo tiempo en una de las innumerables cavernas de la memoria; se mantienen allí durante años, decenios, la vida entera. Después, un buen día vuelven a la superficie, el dolor que los había acompañado vuelve a estar presente, tan intenso y punzante como lo era aquel día de hace tantos años.
¿Para siempre? Para siempre. ¿Entonces no se supera? Se supera pero no se olvida.
Cuando el proceso es bueno las cicatrices ya no duelen y con el tiempo se
mimetizan con el resto de la piel y casi no se notan, pero están ahí.
¿Me duele? No, ni siquiera cuando me toco. No me duele.
Pero si uno mira de cerca la cicatriz está"
Los recuerdos tristes dormitan largo tiempo en una de las innumerables cavernas de la memoria; se mantienen allí durante años, decenios, la vida entera. Después, un buen día vuelven a la superficie, el dolor que los había acompañado vuelve a estar presente, tan intenso y punzante como lo era aquel día de hace tantos años.