martes, 8 de diciembre de 2015
Aprender a desaprender...
Cuánto más sabes menos ves lo nuevo y más limitas las posibilidades. Por eso es importante aprender a desaprender: sacar lastre cognitivo (y saberlo recuperar). Y no es nada fácil. Pero es necesario.
©Pino Antúnez
Como decía Konrad Lorenz, "vivir es aprender". Pero incluso para aprender debemos dejar espacio para la tarea de obtener lo nuevo y crearlo. Aprender a desaprender para seguir aprendiendo y viviendo.
No te rindas...
No te rindas, aun estas a tiempo
de alcanzar y comenzar de nuevo,
aceptar tus sombras, enterrar tus miedos,
liberar el lastre, retomar el vuelo.
de alcanzar y comenzar de nuevo,
aceptar tus sombras, enterrar tus miedos,
liberar el lastre, retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso,
continuar el viaje,
perseguir tus sueños,
destrabar el tiempo,
correr los escombros y destapar el cielo.
No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frio queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se esconda y se calle el viento,
aun hay fuego en tu alma,
aun hay vida en tus sueños,
porque la vida es tuya y tuyo tambien el deseo,
porque lo has querido y porque te quiero.
Porque existe el vino y el amor, es cierto,
porque no hay heridas que no cure el tiempo,
abrir las puertas quitar los cerrojos,
abandonar las murallas que te protegieron.
Vivir la vida y aceptar el reto,
recuperar la risa, ensayar el canto,
bajar la guardia y extender las manos,
desplegar las alas e intentar de nuevo,
celebrar la vida y retomar los cielos.
No te rindas por favor no cedas,
aunque el frio queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se ponga y se calle el viento,
aun hay fuego en tu alma,
aun hay vida en tus sueños.
Porque cada dia es un comienzo,
porque esta es la hora y el mejor momento,
porque no estas sola,
porque yo te quiero.
(Mario Benedetti)
continuar el viaje,
perseguir tus sueños,
destrabar el tiempo,
correr los escombros y destapar el cielo.
No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frio queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se esconda y se calle el viento,
aun hay fuego en tu alma,
aun hay vida en tus sueños,
porque la vida es tuya y tuyo tambien el deseo,
porque lo has querido y porque te quiero.
Porque existe el vino y el amor, es cierto,
porque no hay heridas que no cure el tiempo,
abrir las puertas quitar los cerrojos,
abandonar las murallas que te protegieron.
Vivir la vida y aceptar el reto,
recuperar la risa, ensayar el canto,
bajar la guardia y extender las manos,
desplegar las alas e intentar de nuevo,
celebrar la vida y retomar los cielos.
No te rindas por favor no cedas,
aunque el frio queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se ponga y se calle el viento,
aun hay fuego en tu alma,
aun hay vida en tus sueños.
Porque cada dia es un comienzo,
porque esta es la hora y el mejor momento,
porque no estas sola,
porque yo te quiero.
(Mario Benedetti)
El Tren de la Felicidad
¿Cuántos de vosotros os levantáis por obligación cada día a la misma hora, vais a estudiar o trabajar en algo que no os gusta? Y os repetís una y otra vez: es lo que hay, mientras paguen… ya vendrán tiempos mejores.
Pero los años van pasando y nunca llegan.
Pongámonos en la mejor situación del sueño que nos venden desde pequeños. Terminamos nuestros estudios con buena nota y encontramos un trabajo estable de 8 horas con un sueldo que te permita pagar tu alquiler o hipoteca, tener tu perro, tu gato, tu tele gigante, tu coche, tus caprichos, tus cositas con tu pareja, vale… ¿y ahora?
Te quedan 50-60 años por delante en los que como mucho podrás aspirar a tener unas semanas de vacaciones al año, ahorrar para cuando te jubiles y no poder disfrutar de ese dinero porque eres demasiado viajo. Todas aquellas cosas que tenían que llegar y… ahora todo te da pereza.
Yo es que no estoy hecho para esta vida en la que la gran mayoría de personas que conozco están muertas en vida, que lo único que les motiva para levantarse por las mañanas son las facturas que tienen que pagar. Luego los padres con: ¿qué harás cuando seas mayor? Deja ya tus tonterías, ya harás lo que quieras cuando puedas pagarte tus propias cosas, tienes que ser una persona de provecho…
Vale, ahora eres un adulto, has hecho todo lo que se supone que deberías hacer y te reencuentras a un amigo que hace mucho que no ves y te pregunta:
– Hey! ¿qué tal?, cuánto tiempo… ¿qué es de tu vida?
Estoy seguro que le respondes sin pensar:
– Nada, estudiando, trabajando… lo de siempre.
Tanta gente se siente vacía, perdida, no saben qué camino tomar, están angustiadas porque el tiempo pasa y tienen que decidir si siguen estudiando, qué carrera tendrá más salidas, si se ponen a trabajar… para tener el futuro que quieren.
Pero… ¿cuál es el futuro que quieres?
No ese que te han metido en la cabeza de pequeño, sino ese futuro que quieres para ti.
Sabéis, una de las preguntas que más me han hecho a lo largo de mi vida es:
– ¿Qué no sabes hacer?
Mi respuesta es siempre la misma:
– Lo que todavía no me he propuesto aprender.
Por una vez trata de ser sincero contigo mismo. ¿A qué te dedicarías si pudieras elegir cualquier oficio sin importarte nada más que lo que deseas? ¿Quieres ser mozo de almacén, cajera de un supermercado, dependiente toda tu vida? Probablemente no. Seguramente te gustaría ser cantante, escritor, deportista profesional, tener tu estudio de tatuajes, chef de tu propio restaurante, trabajar viajando por el mundo…
Pero en lugar de eso tienes un montón de ideas y sueños que no los llevas a cabo por el qué dirán, porque tus padres prefieren que hagas otra cosa, te pones excusas y más escusas diciéndote a tu mismo: me falta dinero, me faltan medios para desarrollar mis ideas, pero en realidad… te pasa lo que le pasa a muchísima gente.
Lo que tienes es miedo.
Miedo a fracasar.
Dicen que la paciencia es la madre de cualquier ciencia, pero te aseguro que el tiempo corre sin importarle lo paciente que seas. Mucha gente se sienta a esperar su tren pero cuando llega no saben reconocer si es el suyo y se quedan en el andén mientras ven como se cierran las puertas dejando una herida abierta.
El tren jamás pasó de vuelta.
Hay una estrofa de Rubén Darío que suele recitar mi abuela con Alzheimer cuando tiene sus momentos de lucidez que dice:
Si tienes un sueño lucha por él ahora. No esperes a un futuro que ni sabes si existe. No sigas los consejos de gente que intenta darte clases de cómo triunfar en la vida cuando ellos han fracasado, sino fíjate en lo que hicieron mal para no cometer sus mismos errores.Juventud, divino tesoro, ¡ya te vas para no volver! Cuando quiero llorar, no lloro… y a veces lloro sin querer…
Alguien dijo alguna vez: “Solo podrás hacer realidad tus sueños si cuando llega la hora sabes estas despierto”. Tiene sentido, ¿no? Sé por experiencia que nadar contra corriente es muy frustrante, que habrán muchísimos momentos que querrás mandarlo todo a la mierda, pero dime lo que realmente sientes cuando te hablas en frente del espejo y le intentas mentir a tu reflejo poniéndote ese disfraz de otro clon más con miedo a tomar las decisiones importantes para tu vida.
¿No te has sentido siempre raro, extraño, como si hubieras parado en la estación equivocada? Pues si de verdad sientes que ese es tu tren, no esperes a que se cierren las puertas. Si sigues luchando por lo que quieres… la alarma que tienes dentro de ti va a sonar tarde o temprano. Si tienes miedo a caminar te fabricas tus alas, aprendes a volar y a decir adiós. Porque lo sabes. Sabes que lo único que realmente quieres es ser libre hasta el día que cierres los ojos por última vez.
Busca dentro de ti, solamente tú sabes lo que realmente quieres. Tienes que dejar ya de esperar a que ocurra un milagro porque nadie va a tocar a tu puerta.
Etiquetas:
El tren de la felicidad,
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