domingo, 6 de febrero de 2011

Magia en el desierto...

Magia en el desierto...

En el silencio interior al que accedo a través de la introspección me encuentro con las raíces originales de mi ser, mi esencia, el ser espiritual. Una vez ahí redescubro las energías inmortales de la paz, el amor y la felicidad. No solo las redescubro sino que realmente las siento y experimento como mi realidad personal.


En esta tranquila soledad me alejo del clamor extrovertido y las prisas de la vida cotidiana y descanso en ese punto sereno de quietud. En esa quietud hay calma, y un sentimiento de alivio y liberación de la carga de los pensamientos, palabras y acciones innecesarias.

Siembra el Amor...

¡Feliz Fin de semana!

La vida es un jardín; lo que siembres en ella, eso te devolverá. Así que elige semillas buenas, riégalas y con seguridad tendrás las flores más bellas. Cada acto, cada palabra, cada sonrisa, cada mirada, es una simiente. Cada una tiene en sí el poder vital y germinativo.
Procura, entonces, que caiga tu simiente en el surco abierto del corazón de los hombres y vigila su futuro. Procura además, que sea como el trigo que da pan a los pueblos y no produzca espinas y cizañas que dejen estériles las almas.
Muchas veces sembrarás en el dolor, pero esa siembra, traerá frutos de gozo. A menudo sembrarás llorando, pero ¿quién sabe si tu simiente no necesita del riego de tus lágrimas para que germine?
No tomes las tormentas como castigos. Piensa que los vientos fuertes harán que tus raíces se hagan más profundas para que tu rosal resista mejor lo que habrá de venir. Y cuando tus hojas caigan, no te lamentes; serán tu propio abono, reverdecerás y tendrás flores nuevas.